LOS BENEFICIOS DE LA NATACIÓN PARA BEBÉS

A pesar de todo , se considera que la natación para bebés no puede ser denominada natación como tal, puesto que se considera que un niño no es capaz de aprender a nadar hasta aproximadamente los 4 años. Pero es interesante aprovechar los reflejos innatos que tienen los bebés a los pocos meses de vida para que se acostumbren al medio acuático. A continuación te detallamos todos los beneficios que obtienen, tanto físicos como psicológicos:

Mayor seguridad en sí mismos. Además de perder el miedo al agua (que en los primeros meses de vida normalmente todavía ni siquiera han adquirido), la agilidad de movimientos y la puesta a prueba de sus reflejos se traducen en un aumento de la autoestima y la autoconfianza.

Desarrollo de la psicomotricidad. Se estimula la coordinación de movimientos y se ejercitan los músculos, siendo útil para el aprendizaje de otras actividades como gatear o caminar.

Mejora la relación entre padre o madre y bebé. El contacto físico proporciona una sensación de seguridad y de protección de los progenitores hacia el niño, fortaleciendo los vínculos afectivos.

El ejercicio mejora el rendimiento de los sistemas respiratorio y circulatorio.

El bebé se relaciona con otros niños, hecho que contribuye a su socialización.

El bebé se relaja y se divierte, cosa que ya es un beneficio lo bastante positivo como para decidirse a poner en práctica la matronatación.
 
Pese a todos estos beneficios, los expertos también aconsejan tomar una serie de precauciones a la hora de elegir una piscina para realizar esta actividad: tienen que estar especialmente acondicionadas para bebés, tener el cloro perfectamente controlado y la temperatura rondando los 30ºC. En este tipo de piscinas se está imponiendo cada vez más el sistema de cloración salina u otros métodos alternativos para la desinfección del agua, ya que suponen menos riesgo para la piel del bebé y para su sistema respiratorio.